Discapacidad: darse cuenta de lo que uno realmente vale
En una consulta sobre discapacidad en Oxford en 1998 se dijo: ‘Queremos ver nuestra discapacidad como parte de la rica diversidad que Dios ha creado. Queremos que se nos dé la dignidad que Dios nos ha dado en nuestras diferencias.’
Lamentablemente, la sociedad en general tan a menudo descuida el valor que Dios les ha dado a las personas con discapacidades. En nuestra planificación, de nuestras maneras de trabajar, frecuentemente no tenemos en cuenta las grandes contribuciones que las personas con discapacidades pueden hacer.
Leer Efesios 2:10 y 1 Corintios 12:7
Todos hemos sido hechos a imagen de Dios – los con discapacidades y los sin discapacidad. Todos hemos sido creados con un propósito y con algo valioso que ofrecer. Todos. Dios no discrimina. La gente puede discriminar, pero Dios no lo hace. Las personas con discapacidades tienen mucho que ofrecer a sus comunidades, pero como todos, necesitan una oportunidad.
- En nuestra iglesia, en nuestro trabajo, en nuestra vida cotidiana, ¿cómo podemos animar a las personas con discapacidades a usar mejor los dones que Dios les ha dado?
- ¿Discriminamos a veces sin realmente tener la intención de hacerlo?
- ¿Qué cosas en nuestra sociedad, en nuestra cultura, hacen difícil para las personas con discapacidades alcanzar su potencial pleno? ¿Qué podríamos hacer nosotros para mejorar la situación?
Leer Romanos 5:1-11, 8:12-17
Jesucristo murió en la cruz para que nosotros podamos reconciliarnos con Dios y podamos conocer Su paz perfecta, cual sea nuestra condición física. En Jesucristo, toda la gente puede saber su verdadero valor como los hijos e hijas de nuestro Dios Viviente.
Alan Robinson trabaja para Tearfund en el Equipo de América Latina y el Caribe.