¡Qué contraste con los pies de los trabajadores bien pagados! Ellos probablemente llevan calcetines todos los días y usan transporte.
Sin embargo, yo no creo que Jesús haya tenido los pies bonitos y perfumados. En sus viajes caminaba por esos caminos polvorientos y sucios de Palestina en el siglo primero. Sus ásperos pies terminaron con las cicatrices de los clavos martillados a través de ellos. Sus pies lo llevaron a lugares difíciles dónde mostró una nueva manera de vivir. Nosotros sólo podemos compartir las buenas noticias del Evangelio viviéndolo y haciéndolo una realidad para los pobres.
La palabra griega para bonito es horaios. Esto es realmente más cercano a nuestra palabra ‘oportuno’. El verso es más sobre pies que traen noticias oportunas, lo que tienen una belleza eterna.
En un mundo con mil millones de habitantes en los barrios bajos urbanos ¿a qué deben parecerse nuestros pies? Los pies que se ponen feos por el bien de los pobres, mientras ayudan a luchar contra la pobreza y las privaciones, tienen una verdadera belleza que cuenta para la eternidad. Mucho de lo que es considerado bonito ahora es una pérdida de tiempo en la eternidad. Para 2025 habrá dos mil millones de habitantes de los barrios bajos urbanos, ¡por lo que necesitamos muchos más pies feos aunque ‘bonitos’!
- ¿Cuánto me identifico directamente con la gente pobre en mi vida?
- ¿Cómo puedo llevar paz y esperanza a los que están sufriendo ahora?
- ¿Qué más podría hacer para asegurarme de que tengo pies ‘bonitos’, aunque feos?
El autor, Ashley Barker, trabaja para Urban Neighbours Of Hope (Vecinos urbanos de la esperanza) en el Centro Comunitario Kloeng Toey, Bangkok. E-mail : [email protected] Sitio web: www.unoh.org Recientemente ha publicado un libro sobre sus reflexiones personales, Make poverty personal.