Leamos Lucas 8:42a-48.
Como seres humanos, a menudo sabemos menos sobre los demás que lo que pensamos. Tomemos en cuenta la historia de la mujer con hemorragia. ¿Qué saben las siguientes personas sobre la situación descrita y qué no saben?
- la multitud
- Jesús
- la mujer misma
La multitud no tiene idea de lo que está sucediendo. Si hubiera sabido que había entre ellos una mujer con hemorragia hubiera salido corriendo, para apartarse de alguien que era considerada ritualmente impura. Los líderes religiosos enseñaban esto como ley (Levítico 15:25-27, 31). Al ser judíos en los tiempos de Jesús, la multitud hubiera percibido a la mujer como una persona marginada a quien debía evitar. Su sangrado hubiera sido visto como una demostración en su propio cuerpo de su tendencia al pecado y de su alejamiento de Dios. “¿Quién me ha tocado?” pregunta Jesús. Hasta el conocimiento de Jesús es incompleto. A pesar de que sabe que ha salido poder de él, está consciente de no saber a quién ha beneficiado. La única persona que realmente sabe lo que está ocurriendo es la mujer. Sólo ella conoce su situación y necesidad, y que ha extendido su mano en fe hacia Jesús en busca de sanación.
Jesús no sólo la sana físicamente, sino que la restaura emocional, espiritual y socialmente al señalarla ante la multitud y anunciar que ella ha sido sanada.
A menudo puede que supongamos comprender una situación cuando en realidad tenemos muy poca información sobre la misma. Tome en consideración estas preguntas:
- ¿Qué realmente saben los demás sobre usted? ¿Qué suposiciones hacen?
- ¿Qué realmente sabe usted de los demás? ¿Qué suposiciones hace usted?
Leamos Salmos 139.
- ¿Qué dice este salmo que sabe Dios sobre usted?
Cuando consideramos nuestras propias vidas, nuestros pensamientos y sentimientos, nuestras esperanzas, temores, secretos y deficiencias, es asombroso saber que Dios nos ama a pesar de todo lo que somos. Sin embargo, así es; tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Si Dios tiene esos sentimientos hacia usted, y hacia todo lo que usted es, ¿podría sentir lo mismo por todos los demás también?
El Rev. Dr. Michael Beasley es el Director de Misión en la Diócesis de Oxford. Ha trabajado extensamente en respuestas al VIH en el sector educativo en África, Asia y el Caribe.