Visión de la misión integral
Inspirar y equipar a las personas que trabajan en el liderazgo de la iglesia para guiar a sus congregaciones y denominaciones en el ámbito de la misión integral es el primer paso para hacer posible la transformación de toda la vida en sus iglesias y comunidades. A este proceso lo denominamos «compartir la visión de la misión integral».
Cuando la iglesia y su liderazgo entienden la visión de Dios de una comunidad transformada y su propósito de que la iglesia forme una alianza con él, lo natural es que deseen actuar y responder a las necesidades de las comunidades que los rodean. Existen diversas maneras en que la iglesia y la comunidad responden a las necesidades identificadas; entre ellas, se incluyen las siguientes:
- la creación de grupos de autoayuda,
- la mejora de la infraestructura,
- el trabajo de incidencia para mejorar la calidad o el acceso a los servicios, o para lograr cambios en leyes injustas, y
- la implementación de proyectos dirigidos a mejorar los medios de vida.
Involucrar el liderazgo de la iglesia
El liderazgo de la iglesia es importante. Las personas que ejercen liderazgo en la iglesia pueden propiciar, pero también impedir, el proceso de movilización de sus iglesias. Cuando estas personas se sienten inspiradas, pueden liberar el potencial de su congregación con el fin de que la iglesia como cuerpo pueda ministrar a cada persona en la congregación y a la comunidad.
Las personas que ejercen liderazgo en la iglesia suelen ser respetadas en sus comunidades y pueden ejercer una influencia considerable. Además, suelen ser ejemplos en sus comunidades. Una manera de dar muestras de unidad y de amor es trabajar en colaboración con líderes de otras iglesias en la comunidad. La solidez de las denominaciones y de las congregaciones locales depende en gran medida de la solidez de su liderazgo. Por ejemplo, no es fácil cambiar las actitudes de una iglesia frente a cuestiones como el VIH o la violencia sexual, a menos que sus líderes estén comprometidos a cambiarlas
Trabajar con las denominaciones
El proceso dirigido a compartir la visión puede adoptarse con una sola iglesia, un grupo de iglesias o toda una denominación. Compartir la visión con las denominaciones requiere un enfoque algo diferente porque un compromiso con la misión integral podría involucrar considerables cambios organizacionales y la reorientación de la visión y la estructura. Este cambio empodera a cada congregación local dentro de la denominación para actuar con el fin de abordar las necesidades de la comunidad. Trabajar mediante toda una denominación permite que un gran número de iglesias pueda movilizarse rápidamente cuando existe un alto nivel de apoyo y aceptación por parte de los líderes denominacionales principales.
Movilización de la iglesia y de la comunidad
Una vez que se haya compartido la visión sobre la misión integral con la iglesia y su liderazgo, estos pueden ser movilizados para actuar y responder a las necesidades de sus comunidades locales. Mientras que en un entorno rural se abordarían las necesidades de una comunidad local claramente definida —como un pueblo—, en un entorno urbano o en las afueras de una ciudad, podría existir menos claridad respecto a la idea de «comunidad local», de modo que este concepto debería definirse desde el principio.
Una vez que se haya compartido la visión con la iglesia local, esta tendrá dos opciones:
- Responsabilizarse de identificar y responder a las necesidades de la comunidad (movilización de la iglesia)
- Movilizar a la comunidad con el propósito de poner en marcha, junto a ella, el proceso dirigido a identificar las necesidades, movilizar recursos y emprender la respuesta (movilización de la iglesia y de la comunidad)
En el contexto de la movilización de la iglesia, las iniciativas que se toman como resultado normalmente no están predeterminadas, sino que dependen de la evaluación de las necesidades de la comunidad que realiza la iglesia. No obstante, hay casos en que la iglesia decide abordar un problema específico y predeterminado (por ejemplo, la violencia sexual y de género o el ahorro y el préstamo) en la comunidad y prepara los programas o proyectos correspondientes para lograrlo. La movilización de la iglesia puede resultar especialmente adecuada en contextos en que los cristianos constituyen una minoría marginada sin voz en la comunidad o donde estos se proponen tener una voz profética para cambiar las normas sociales.
En el contexto de la movilización de la iglesia y de la comunidad, la iglesia local colabora con la comunidad local para identificar y responder juntas a las necesidades. Para el éxito de este enfoque, es fundamental contar con facilitadores competentes y comprometidos, ya que su adopción podría durar varios años. El proceso es indefinido y las iniciativas resultantes son gestionadas en conjunto por la iglesia y la comunidad. La movilización de la iglesia y de la comunidad ha sido introducida en más de 40 países, donde se ha adaptado conforme a cada contexto nacional específico. Además, es común que se le dé otro nombre, si bien mantiene los principios clave.
Proceso de movilización de la iglesia y de la comunidad y Umoja
El proceso de movilización de la iglesia y de la comunidad y Umoja constituyen dos enfoques de movilización de la iglesia y de la comunidad, con recursos disponibles en varios idiomas. Umoja significa «unidos» en el idioma suahili de África Oriental.