Hacer la tarea en casa era todo un problema para los hijos de Mervis quienes, tras caminar varios kilómetros para regresar de la escuela, llegaban casi de noche y dependían de velas para obtener luz.
Mervis nos explica: «Las velas no solo son caras, sino que, además, no dan buena luz para hacer la tarea. Encima, corremos el riesgo de que mis hijos más pequeños se quemen».
Solo un tercio de la población en Zambia tiene acceso a electricidad y, en zonas rurales, este número baja al cuatro por ciento. Como consecuencia, muchos hogares dependen de las lámparas de queroseno y las velas.
Energía que proviene del sol
El proyecto Light My Church Light My Village o LICLIV, por sus siglas en inglés (Alumbra mi iglesia, alumbra mi pueblo), se lanzó en enero de 2019. El objetivo del proyecto es ayudar a reducir las emisiones nocivas de carbono, al tiempo que se mejora el acceso a la energía renovable asequible fuera de la red para los hogares y las iglesias locales.
Los sistemas de energía solar ofrecidos en el marco del proyecto incluyen un panel solar, tres luces de alta potencia y una batería para almacenar la electricidad que se genera. La batería sirve para cargar teléfonos celulares y otros aparatos pequeños.
El proyecto ha generado numerosos empleos para las personas jóvenes en las comunidades, quienes promocionan los productos y se encargan del seguimiento y el mantenimiento. También sensibilizan a la población acerca de las tecnologías que brindan energía solar para protegerla de algunos comerciantes informales que a veces ofrecen productos de bajo costo y baja calidad que dejan de funcionar al cabo de pocas semanas.
El proyecto trabaja con iglesias y grupos de autoayuda para garantizar que sea pertinente y sostenible y que beneficie a todos. Un plan de pago flexible permite a los miembros de los grupos de autoayuda pagar un sistema de energía solar doméstico en 12 meses.
Precios asequibles
Mervis estaba dichosa cuando su grupo de autoayuda decidió adicionar un fondo para la obtención de energía solar a sus planes de ahorro. Ahora, sus miembros pueden comprar a crédito sistemas de energía solar del proyecto LICLIV y hacer contribuciones mensuales al fondo hasta que hayan pagado el préstamo. Esto hace que los productos sean más asequibles para todos los miembros del grupo.
Lumbiwe, la moderadora del grupo, explica: «El grupo funciona como garantía, de modo que, si un miembro incumple en su pago mensual, el grupo deduce el dinero de sus ahorros. Estamos agradecidos de poder comprar sistemas de energía solar con condiciones flexibles».
Mervis nos cuenta: «Ahora tengo tres luces. Una, en el cuarto de los niños; otra, afuera, como medida de seguridad; y la tercera, en el salón familiar. Cuando están totalmente cargadas, nos proveen más de ocho horas de luz. El desempeño escolar de mis hijos ha mejorado, ya que ahora pueden estudiar por la noche».