Chan Tola Cheam cría grillos en Camboya y nos cuenta cómo lo hace.
¿Por qué decidió criar grillos?
Me gusta mucho el sabor de estos insectos. Cuando era joven, los cazábamos y los cocinábamos. Eran muy deliciosos. La gente vende grillos a orillas de la carretera, pero yo generalmente no los compro porque no sé si son frescos y aptos para el consumo.
Hace unos cuatro años, en mi iglesia comenzaron a implementar el proceso Umoja. Este proceso incentiva a las iglesias y las comunidades a reconocer los recursos con los que cuentan y a adquirir nuevos conocimientos entre ellas.
Un pastor de mi grupo de Umoja criaba grillos en su casa y cuando vi lo fácil que era hacerlo, pensé que a lo mejor yo también podría criarlos.
¿Cómo comenzó?
Mi marido y yo decidimos intentar criar grillos en la azotea. Con el apoyo técnico del pastor, fabricamos dos depósitos con metal, para la estructura, y tablero de fibra de mediana densidad, para los costados. Cada depósito mide 1 metro de profundidad, 1 metro de ancho y 2,5 metros de largo.
Los huevos de los grillos tardan unos diez días en eclosionar y los grillos están listos para su cosecha al cabo de unos 40 o 60 días, dependiendo del tipo de grillo. Nuestra primera cosecha fue de unos 15 kilos. Los cociné todos y los compartí con la familia y amigos.
¿Qué ocurrió después?
Decidí intentar vender algunos de los grillos de la siguiente cosecha. Hice mis averiguaciones, pero los vendedores de la calle no me los pagaban bien, de modo que comencé a venderlos por Internet.
Al comienzo, solo vendía grillos crudos, pero muchas personas empezaron a pedirme que los vendiera cocinados. Como no pude atender la demanda, amplié el negocio. Ahora tengo seis depósitos en el techo con grillos en distintas etapas de desarrollo.