por Nyangoma Kabarole.
Dos estudios de caso de centros de salud – uno que heredó una difícil situación y otro que es un ejemplo de considerable éxito
El Centro de Salud de Adranga
El Centro de Salud de Adranga está en la región de Aru. Se construyó en 1970 con financiamiento del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) para ayudar a los refugiados de Uganda en Aru. En un comienzo, este centro de salud fue equipado tanto de materiales como de suministros médicos por ACNUR sin ninguna ayuda o apoyo de la población local.
Después de que se marchó ACNUR, este centro de salud fue entregado como obsequio en forma gratuita a la comunidad. Lamentablemente, la comunidad no tenía experiencia en el manejo de un centro de salud. Personas inescrupulosas se robaron los materiales y los equipos, dejando así el centro en caos. Se creó un comité de salud, pero éste pronto se vio en dificultades a causa de que la gente estaba acostumbrada a recibir asistencia médica gratuita y no quería pagar los precios que se empezaron a cobrar. La gente de la localidad alegaba que, como el centro médico había sido un obsequio a la comunidad, la atención de salud debía seguir proporcionándose en forma gratuita. Al darse cuenta de que era incapaz de manejar este centro de salud en forma adecuada, la gente se lo entregó a la iglesia anglicana.
Dos personas responsables y bien educadas de Aru tomaron la responsabilidad y la iniciativa de clausurar el Centro de Salud de Adranga y el antiguo comité de salud y sus actividades. En su lugar eligieron un nuevo comité más pequeño constituido por tres personas de la localidad cuyos roles eran de:
- educar a la población
- estimular el espíritu de autofinanciamiento.
Sólo después que se efectuó esto se volvió a abrir el Centro de Salud de Adranga con la libertad de evolucionar y progresar.
Como conclusión, creo que la evolución de un centro de salud exitoso depende particularmente de:
- la iniciativa de la comunidad local
- un dirigente que crea en la necesidad, importancia y valor que un centro de salud tiene para la gente
- enfermeras capacitadas en salud comunitaria, que sepan trabajar con la comunidad
- buena supervisión por parte de personal médico experimentado.
Nyangoma Kabarole es el Director del Servicio Médico de la iglesia anglicana de la diócesis de Boga.
El Centro de Salud Mabuku
Hasta hace cinco años, el Centro de Salud Mabuku en el norte de la provincia de Kivu era sólo otro centro de salud rural que tenía dificultades económicas y dependía de financiamiento externo para sus necesidades mayores. Tenía un promedio de 5 a 10 consultas al día y 20 partos al mes. Actualmente tiene mucho éxito, tanto en el cuidado curativo como en llegar a la población con un efectivo programa de salud comunitaria.
Actualmente hay entre 25 y 30 consultas al día, entre 130 y 150 partos al mes y un equipo de 28 trabajadores de salud comunitaria capacitados en la localidad y con base en las 14 aldeas de los alrededores, además de un programa para más de 100 niños malnutridos. Es difícil precisar las causas con exactitud, pero parece haber emergido una combinación de factores que permite que hoy en día el aspecto curativo del trabajo sea capaz de sostener casi completamente un programa de salud comunitaria en expansión para las 25.000 personas en su zona de trabajo.
Factores para el cambio…
- Una enfermera jefa con una visión para la atención de salud integrada, manteniendo un buen equilibrio entre las demandas inmediatas y apremiantes del cuidado curativo y la visión a más largo plazo del cuidado preventivo y comunitario.
- La designación de una enfermera de salud comunitaria (apoyada por Tearfund), con responsabilidad exclusiva de abrirse hacia la comunidad y establecer y ampliar numerosos programas de salud comunitaria. Esta enfermera no tiene responsabilidad por el trabajo curativo.
- Una población que tiene genuina confianza en sus enfermeras porque ellas proporcionan un servicio curativo de calidad, lo que da por resultado que la gente escuche los consejos de estas enfermeras cuando entregan educación de salud o ayudan a la gente a examinar algunas de las causas subyacentes de la mala salud en su comunidad.
- Un activo comité de salud que se reune con regularidad y que tiene representación de todos los niveles poblacionales. Este comité tiene un cierto grado de creatividad, creatividad, lo que ha estimulado la participación de la comunidad (véase el recuadro).
- La construcción de albergues de maternidad en los que puede esperar el parto hasta 50 embarazadas que viven lejos del centro de salud o que tienen ‘embarazos de alto riesgo’.
- La aceptación de que la gente que no tiene dinero pueda pagar sus cuentas con productos o ganado, los que a su vez son vendidos o pagados como parte del sueldo a los empleados.
- Se usó cierta ayuda externa de Tearfund para establecer diferentes proyectos de nutrición en la comunidad. Estos se centraron en las familias con niños mal alimentados. Por ejemplo, hay un proyecto de frijoles de soja que proporciona demostraciones prácticas de alimentos a las madres y provee semillas para cada una de las familias con niños malnutridos para que las siembre en sus propios campos.
- Una política de mantener bajos costos y de estimular a los pacientes a que concurran al centro. A medida que se reducían los precios aumentaba la cantidad de pacientes y de esta manera se incrementaba el ingreso. A medida que crecían los ingresos, el centro estuvo en condiciones de agregar otra enfermera comunitaria a tiempo completo y de comprar una moto usada para el personal de salud, especialmente para recoger las vacunas.
Más que un mero sueño
Todo esto ha redundado en un alto nivel de propiedad por parte de la población, tanto del centro de salud como del programa de salud comunitaria. Cuando la gente de la comunidad terminó de construir una nueva maternidad de ladrillo (completamente sin ayuda y con los ingresos del centro de salud) insistió en llamarla Maternité Wetu (Nuestra Maternidad).
No es necesario decirlo, pero hay aún muchos problemas que superar; sin embargo, hemos sido estimulados en gran medida por este enfoque integrado y de ver que un proyecto como éste, con enfermeras de salud bien capacitadas y una mano generosa inicial para ayudarle a despegar, puede hacer la palabra ‘sostenible’ sea más una realidad que un sueño, aún en uno de los países más pobres del mundo.
Compilado por Maggie Crewes, Coordinadora de North Kivu Medical Service, CAZ Boga, PB 21285, Nairobi, Kenya.