Imaginemos vastas extensiones de tierra sin árboles ni plantas – sólo polvo y suelo con grietas. Cuando el terreno utilizado para producir cosechas pierde la mayoría de su fertilidad y se torna estéril, la tierra se vuelve desierto. Para más de 900 millones de personas por todo el mundo este es un enorme problema. Causa escasez de alimentos y agua y fuerza a la gente a abandonar sus tierras.
La gente ayuda a esparcir los desiertos con sus actos: talando o quemando los árboles, pastoreando animales en exceso, cultivando demasiado sin reponer los nutrientes de las plantas y utilizando el agua en forma incorrecta, debido al drenaje deficiente, dejando depósitos de sal que arruinan el suelo y matan la mayoría de los cultivos.
Se pueden hacer muchas cosas para detener el avance de las zonas desérticas. Entre ellas: cultivar a lo largo de las curvas de nivel y no en pendientes; agregar cantidades de materia orgánica tal como residuos vegetales, estiércol y abono; plantar árboles y, en lo posible, no arar.
El uso de franjas de pasto vetiver es otra forma muy efectiva de proteger contra la erosión (véase la página 3).
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Sembrado en hoyos
En partes del Africa occidental los agricultores transforman el suelo estéril en productivo plantando sus semillas de granos en pequeños hoyos. Cavar un hoyo de alrededor de 15 a 20cm de profundidad y 25cm de diámetro en la tierra. Cavar un hoyo cada 80cm por todo el campo. Poner un poco de abono, estiércol o desechos vegetales en cada hoyo. Cuando lleguen las lluvias, sembrar de 4 a 6 semillas (sorgo, mijo, maíz, etc) en cada uno de los hoyos. Se pueden usar los hoyos para poner semillas o brotes de árboles. Las termitas serán atraídas a los hoyos y ayudarán a soltar el suelo con sus túneles. También traen nutrientes de las profundidades del suelo a las que no alcanzan a llegar las raíces.