Fuentes de agua
La gente más pobre consigue a menudo su agua haciendo cola durante horas y a veces empieza a las 3 de la madrugada a recolectar agua de una cañería de agua o de un pozo contaminado o de una conexión ilegal. Muchas personas obtienen agua de los vendedores de agua – proveedores independientes en pequeña escala que cobran diez, tal vez veinte veces más por una vasija de agua que el precio pagado por la gente rica con conexiones de agua conducida por cañerías.
Los gobiernos prometen a menudo precios bajos por el agua para que todos puedan tener acceso a esta preciosa necesidad básica. Sin embargo, las leyes del gobierno normalmente les impiden a los proveedores proporcionar redes de cañerías de agua a los sectores habitacionales ilegales y sin planificación. Así, aunque hasta la mitad de la ciudad viva en estos sectores, incluso los más pobres, estas personas no reciben apoyo del gobierno para el agua. Las casas de ingresos más altos están en los sectores planeados y reciben la mayoría de la ayuda del gobierno. Los más pobres permanecen a merced de bandas de delincuentes que a menudo controlan el suministro ilegal de agua.
Muchos hogares pobres pueden vivir cerca de un sistema existente de agua de cañería. Ellos estarían dispuestos a pagar por el agua si pudieran pagar cantidades pequeñas sobre una base regular. Sin embargo, encuentran que los servicios de agua a menudo cobran una cuota muy alta por conectar al suministro de agua y también exigen que los nuevos clientes paguen por las cañerías que van a la casa. La gente pobre en sectores urbanos raramente puede ahorrar lo suficiente para pagar estas grandes sumas de antemano. Por eso tienen que comprar de los vecinos más ricos que tengan una conexión de cañerías, quienes pueden obtener una alta ganancia.
Problemas de saneamiento
El acceso a buen saneamiento es igualmente difícil. Las letrinas bien construidas proporcionan saneamiento excelente y seguro. Sin embargo, los arrendatarios de los barrios bajos, inseguros de su futuro, no pueden permitirse el lujo de invertir en una letrina. Por eso la gente tiene que usar retretes públicos sucios o los costados de las calles en la mañana temprano o tal vez sufrir la indignidad de ‘empaquetar y tirar’ – usar una bolsa plástica o periódico y tirar los excrementos en un canal de desagüe o en un montón de basura. Entretanto, mucha gente rica tiene acceso a inodoros conectados a las cloacas, la forma más cara de saneamiento que también habrá sido subvencionada por el gobierno.
El desafío de resolver este problema parece demasiado grande para muchos servicios del gobierno. Tal vez no tengan el dinero para invertir en el mejoramiento del agua o de los servicios de saneamiento. Puede faltarles la voluntad o capacidad política para encontrar maneras de servir a los sectores habitacionales ilegales de crecimiento rápido. Sin embargo, las buenas noticias son que las organizaciones no gubernamentales (ONGs) están ahora representando una diferencia en algunas ciudades.
Organizaciones de la comunidad
Por todo el mundo, las ONGs y las organizaciones basadas en la comunidad están intentando ayudar a los pobres de la cuidad. En Dhaka, Bangladesh, la ONG Dusthya Shasthya Kendra (DSK) trabaja con las comunidades de los barrios bajos y la Empresa de Agua de Dhaka. Después de llegar a un acuerdo con un comité comunitario de mujeres para el manejo del agua que está apoyado por un comité asesor de hombres, se construye un tanque de agua en terrenos cercanos, con contribuciones de la Municipalidad de Dhaka. La comunidad paga las cuentas de agua y, con el tiempo, repaga el costo de capital de $600 del tanque de agua y la conexión.
La administradora del agua, una mujer que es miembro del comité con un medio sueldo de $11 por mes, colecta los pagos por el agua de los usuarios. Con el apoyo de la ONG, ella deposita esto en una cuenta de banco conjunta. La comunidad fija el precio del agua. El precio medio es sólo un tercio de lo pagado previamente por los usuarios. Al principio, la ONG ayuda con el monitoreo de su cuenta bancaria. Después, las comunidades toman plena responsabilidad.
En la India, la ONG Sulabh Internacional construye bloques de retrete en sectores de bajos ingresos, completos con jabón, duchas y almacenamiento. Hay un pequeño cobro por usar los servicios (aunque los indigentes y la gente con minusvalías no pagan). El gobierno ayuda con el costo de construir los bloques de retretes. El pequeño cobro paga los costos operativos que incluyen a un encargado para asegurar la limpieza. Sulabh tiene ahora 4.000 bloques de retretes en la India y también promueve un programa de letrinas de hoyo gemelo. Está proporcionando servicios de saneamiento a tal vez diez millones de personas.
Estos ejemplos muestran lo que puede hacerse. Sin embargo, es muy difícil para las ONGs satisfacer las necesidades de tantos pobres de la cuidad. Incluso con los logros de Sulabh, la mayoría de la gente pobre de la India todavía está sin saneamiento mejorado. La mayoría de los 400 millones de personas en todo el mundo que vive en sectores urbanos no tiene acceso a saneamiento mejorado y a 170 millones de ellos les falta el acceso a suministros de agua mejorados.
Asociaciones de empresas públicas y privadas
Investigación reciente en más de diez países asiáticos ha demostrado que una respuesta inesperada a resolver los problemas de los pobres de la cuidad es la ‘privatización’. La participación de la empresa privada en lo que se llama asociaciones públicas privadas (APP) está representando una diferencia para la gente pobre en varias ciudades en el mundo.
Los operadores privados pueden traer mejor administración y nueva inversión. Los resultados pueden ser agua limpia que fluye durante 24 horas al día a una presión razonable. Antes, los usuarios podían recibir simplemente dos horas de suministro de agua cada uno o dos días a baja presión. Trabajando en asociación con gobiernos y organizaciones de la comunidad, algunos de estos operadores privados están sirviendo a la gente pobre mediante enfoques participativos. Por ejemplo, estos pueden reducir el costo de conexión si la comunidad ayuda a instalar las cañerías en el barrio bajo, o pueden permitirle a la gente pagar sus cuotas de conexión en más de dos años con una pequeña adición a su cuenta mensual de agua.
¡Como resultado de una APP, un residente de Manila que dice que gastaba hasta P40 (pesos) por día en agua comprada de un vendedor de agua, ahora sólo paga entre P25 y P50 por mes! Otro residente que pagaba una suma fija de P300 al mes a un vecino con agua, ahora sólo gasta aproximadamente P60 por mes.
Durante las discusiones del grupo de enfoque, los participantes dijeron que ahora podían disfrutar el lujo de una ducha diaria debido a la presión de agua más alta. Así como muchos gastos reducidos de agua, la gente mencionó otros beneficios como:
- más tiempo para otros quehaceres de la casa
- más tiempo para el ocio
- evitar la tensión de hacer cola (los conflictos a menudo ocurren cuando la gente se salta la cola)
- suministros de agua prontamente disponibles.
En un barrio bajo en F Carlos, Manila, después de que se instalaron conexiones de agua individuales, se mejoraron muchas casas. Previamente éstas estaban hechas principalmente de materiales provisorios, mientras que ahora la mayoría se hace de materiales más permanentes como bloques huecos y cemento. Ahora las madres tienen más tiempo para cuidar a sus niños. Algunos residentes usan su tiempo libre adicional para actividades de generación de ingresos.
¿Por qué se ha visto que estos ejemplos de operadores privados han sido tan exitosos? Hay varias razones:
- Es en su interés comercial el servir a todos los clientes potenciales.
- Pueden lograr ganancias incluso con cobros bajos.
- A menudo tienen contratos del gobierno que exigen que logren altos niveles de servicio para la gente pobre.
¿Qué podemos hacer nosotros?
¿Qué pueden hacer los lectores de Paso a Paso con estas ideas? Podemos compartir estos hallazgos de la investigación sobre las APPs y presionar a nuestros gobiernos para considerarlos como una manera de avanzar. Podemos presionar a los políticos para mejorar los servicios de agua para la gente pobre. Podemos pedirles que amplíen sus objetivos para la provisión de servicios de agua al 100%, para que la gente pobre en sectores urbanos siempre sea incluida.
Mediante las iglesias y ONGs podríamos establecer asociaciones de crédito que, entre otras ideas, podrían financiar conexiones de agua de cañería. Podemos hablar con los jefes de familia que venden agua a su vecinos sobre lo que debe ser una ganancia razonable. Tal vez podríamos considerar incluso construir bloques públicos de retretes en un estilo Sulabh, completos con jabón y duchas y podríamos asegurarnos de que se mantienen limpios y seguros. ¿Tal vez una extensión interesante del ejemplo de Jesús del lavado de pies en Juan 13:1-17?
Richard Franceys está basado en el Institute of Water and Environment, Cranfield University, Silsoe, Bedford, MK45 4DT, Inglaterra. Fue líder del equipo de estudio del Banco de Desarrollo Asiático,’Beyond Boundaries: Extending Services to the Urban Poor’, (Más allá de los límites: Extendiendo los servicios a los pobres urbanos) cuyos estudios de caso se usan en este artículo. E-mail: [email protected]