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Cómo disciplinar a los niños

2007 Disponible en Inglés, Francés, Portugués y Español

Foto: Marcus Perkins, Tearfund

De: Vida familiar – Paso a Paso 72

Ayudar a crear familias fortalecidas y sanas

Foto: Marcus Perkins, Tearfund

Foto: Marcus Perkins, Tearfund

por Mandy Marshall

Hablar con un padre o cuidador sobre una disciplina adecuada puede ser difícil. Las posturas sobre cómo disciplinar a los niños pueden variar en las diferentes culturas, y por lo general, los padres actúan con amor y cuidado para con el niño. Sin embargo, algunas formas de disciplina pueden perjudicar el desarrollo de un niño. 

Disciplina positiva

La disciplina es una parte del amor. Los límites positivos le permiten a los niños desarrollarse, crecer y alcanzar su pleno potencial con seguridad. Esto ofrece una base firme para el futuro de la familia y la comunidad. Los niños son curiosos por naturaleza y les gusta explorar. Debemos tener paciencia, explicar las cosas, responder sus preguntas, y ofrecerles espacios seguros para que ellos puedan explorar tanto física como mentalmente. Debemos hacer evidentes cuáles son los límites, y las consecuencias de una conducta inaceptable. Cuando los niños salen de esos límites debemos ofrecer una respuesta calmada y positiva. Si solamente nos enojamos o gritamos podemos desanimar a los niños a explorar en lo absoluto, lo que evitará su total desarrollo. Quitarle un privilegio (como un juguete o tiempo con sus amigos) durante un periodo de tiempo, es una manera eficaz de comunicar las consecuencias de una conducta inadecuada. Recuerde que a veces un niño puede estar reaccionando por temor o pena. Puede que realmente necesite que alguien lo escuche y le ofrezca consuelo en lugar de disciplina.

La palabra disciplina está relacionada con la palabra discípulo. Estamos llamados a ‘discipular’ a nuestros hijos y mostrarles el camino a seguir de manera que puedan crecer para hacer una contribución positiva al mundo. Jesús tenía discípulos. ¿De qué manera les enseñó? La relación es clave. Él pasó tiempo con ellos y les mostró maneras positivas de vivir. Jesús era su modelo de conducta. Él amó y animó a sus discípulos. Nosotros debemos mostrar amor y afecto a nuestros hijos, y animar y elogiarlos cuando se comportan bien. Jesús también estaba lleno de perdón. Nosotros debemos perdonar a nuestros hijos cuando cometen errores y evitar recordarles sus fallas. Tanto las madres como los padres deben jugar un papel activo y positivo en la crianza de sus hijos. La disciplina debe ser una parte de esta relación de amor entre padre e hijo, pero no la única parte.

Valorar a los niños

En muchas sociedades, los niños no son respetados ni escuchados. La Biblia muestra que Jesús acogía a los niños. En Marcos 10:14 él dice ‘Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan’. Jesús valoraba a los niños, no simplemente como trabajadores adicionales en un hogar, ni como una forma de apoyar a los padres al final de sus vidas, sino como individuos por derecho propio, con su propio valor y relación con Dios.

La Guía de la Protección del Menor de Tearfund afirma que los adultos no deben pegar ni abofetear a los niños. La disciplina debe ser acorde con la edad y el entendimiento del niño, y al nivel de su mala conducta. No debe disciplinarse con enojo. A veces los padres están reaccionado por su propio temor por el niño o por enojo hacia ellos mismos por permitir que ocurriera la situación. Debemos tener cuidado con nuestra disciplina para asegurar que estemos ofreciendo el correcto modelo de conducta para el futuro. Los niños aprenden copiando la conducta de los adultos. ¿Queremos que los niños reaccionen con violencia? Algunas formas alternativas de disciplina incluyen:

  • Pausa – sacar al niño de la situación y darle tiempo para reflexionar sin distracciones. (Esto también ofrece un espacio en el cual los padres pueden calmarse si están enojados y decidir sobre una respuesta apropiada.)
  • No dejar que el niño vea a sus amigos durante un día. 
  • Darles una tarea o trabajo adicional que hacer que normalmente el niño no tendría que realizar. 
  • Quitarle algún privilegio (como un juguete favorito) durante un periodo de tiempo establecido y acordado.

Conclusión

Si la disciplina va a ser eficaz, es importante que sea consistente, adecuada y que el niño entienda la razón de la misma. Siempre tome tiempo para explicar claramente al niño:

  • la conducta que es inaceptable
  • por qué es inaceptable
  • el nivel de conducta que se requiere en el futuro
  • cuáles serán las consecuencias de sus acciones.

Mandy Marshall es Oficial de Programas para Tearfund y ha ofrecido capacitación en asuntos de protección del menor en todo el mundo.

Para obtener más información sobre asuntos de protección del menor póngase en contacto con el Asesor de Desarrollo Infantil de Tearfund, Aneeta Kulasegaran. E-mail: [email protected] 


La buena disciplina

  • Elogiar verbalmente y premiar la conducta positiva. 
  • Ejemplificar la conducta que uno quiere ver; los niños aprenden imitando lo que hacen los adultos, no solamente lo que los adultos les piden hacer.
  • Ser claro y consistente – explicar lo que el niño ha hecho mal, las consecuencias, y la conducta que uno quiere ver en el futuro.
  • Lidiar con la situación tan pronto como sea posible. Si se deja pasar mucho tiempo el niño puede olvidar lo que ha hecho.
  • Si le ha advertido al niño las consecuencias de una conducta poco apropiada, entonces actúe; lleve a cabo la disciplina que dijo que proveería. No dé una advertencia si luego no hará nada.
  • Permitir que la respuesta sea medida y apropiada para el nivel requerido. No reaccione sobremanera.
  • No utilizar la violencia física.
  • Asegurar al niño que usted lo ama y lo perdona. Su disciplina es el resultado de la conducta poco apropiada del niño y no afecta el amor que le tiene ni la autoestima ni el valor del niño.

Adaptado de Celebrating Children, editado por G Miles y J Wright, publicado por Paternoster Press.   

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