Jacques decidió que quería matricularse para estudiar Estudios de Desarrollo en la Universidad de Shalom (que significa “paz” en hebreo) en Bunia, República Democrática del Congo (RDC).
Su madre Evelyn tenía muchas dudas respecto a su rama de estudios y decía, “esto no nos sirve de nada”. Para ella la situación era muy difícil, en especial la vida con su esposo. Él era un mecánico y su vida giraba en torno a los automóviles. Con frecuencia ella le preguntaba si podían construir una casa, pero él se negaba y prefería gastar el dinero de ellos en automóviles.
Fuera del salón de clases
Jacques se matriculó en la carrera. La Universidad de Shalom utiliza un enfoque de Movilización de la iglesia y la comunidad, así como reflexión teológica y práctica. Como parte de esto él participó en una “pasantía” de 35 días durante la cual vivió con una comunidad de personas que viven en el bosque. Como parte de este enfoque, pequeños grupos de estudiantes viven con una comunidad. No llevan consigo agua ni alimentos y caminan nueve kilómetros para llegar allí. Duermen sobre hojas secas de banano, comen alimentos básicos del bosque ¡y son comidos por los muchos insectos! Ellos trabajan junto a sus anfitriones, bailan con ellos y sostienen debates de “universidad informal” para reflexionar con las comunidades sobre su situación.
Esta comunidad de personas que viven en el bosque en Atalahulu ha enfrentado mucha discriminación, de modo que era importante que se les mostrara amor mientras los estudiantes vivían con ellos. Después del debate, la comunidad priorizó sus necesidades. En primer lugar, necesitaban acceso a agua (la fuente de agua limpia se encontraba a nueve kilómetros de distancia). En segundo lugar, necesitaban una nueva canoa para reemplazar las canoas desgastadas. En tercer lugar, querían una escuela para sus hijos.
Los sueños se vuelven realidad
Durante un tiempo la comunidad fue movilizada a proteger una fuente de agua, utilizando una pequeña donación de US$85 de la Universidad para transportar un poco de cemento y un técnico al lugar. La comunidad proporcionó todos los costos de materiales y mano de obra. El resultado fue agua limpia más cerca de la aldea.
Luego construyeron una canoa que todos halaron por cinco kilómetros hasta llegar al río. Era la canoa más grande que jamás habían construido, con espacio para 25 personas. Este proyecto también unió a dos comunidades distanciadas de lados opuestos del río.
A los hijos de las personas que viven en el bosque se les dificultaba asistir a la escuela porque no estaba localizada en su aldea. Cuando podían, viajaban allá y se quedaban durante un mes a la vez. Sin embargo, con el nuevo sentimiento de apropiación, la comunidad construyó una escuela con materiales locales, incluyendo una puerta que utilizaron como pizarra. Durante el día es una pizarra y en la noche ¡el dueño la recoge y la usa como una puerta!
Cambio de pensamiento
Jacques reflexionó sobre esta experiencia: “Aprendimos principios bíblicos para el desarrollo y vimos resultados. La gente lo comprende cuando proviene de la Biblia. Me alegró ver que las personas que viven en el bosque tuvieran agua limpia”.
Jacques decidió practicar estas mismas ideas con su familia. Ayudó a su padre a reflexionar sobre los desafíos de no tener una casa propia, al mostrarle cuánto estaba gastando en alquiler (US$80 mensual). Finalmente su padre se convenció y vendió un automóvil, lo que les permitió adquirir un terreno y construir una casa. Su padre quería eliminar la tierra amontonada contra la casa para volver el terreno llano. Jacques sugirió utilizar esta tierra para construir ladrillos.
Compartir con su padre lo que él ha aprendido durante su carrera ha mejorado su relación. Su madre Evelyn dice, “Me sorprendieron todos estos cambios. ¡Ahora quiero que la hermana de Jacques estudie Desarrollo también!”
Agradecemos a la Universidad de Shalom, Bunia.
Sitio web: http://unishabunia.org/
E-mail: [email protected]
Teléfono (+243) 99 85 07 371