Tearfund ha trabajado en Afganistán por muchos años. Ofrecemos servicios en un asentamiento informal construido en tierras del Gobierno donde viven personas desplazadas de todo el país sin permiso oficial.
Uno de nuestros proyectos tenía como objetivo ayudar a las comunidades a reducir su riesgo de desastres. Empezamos por pedirles que identificaran su mayor riesgo. En lugar de responder “inundaciones” o “sequía” esta vez la respuesta fue “la policía”. Los insurgentes que vivían en su vecindario estaban combatiendo con la policía, lo que ponía en peligro a los residentes.
Nuestro proyecto no estaba pensado para trabajar con asuntos relacionados con los conflictos, por tanto, ¡les pedimos elegir en cambio un desastre natural! Trabajamos en el proyecto de agua que ellos solicitaron, pero nos sorprendió que algunas personas en el Gobierno estuvieran opuestas al mismo. Introducir agua por tubería haría el asentamiento informal más permanente; la comunidad seguía intentando reducir sus riesgos relacionados con los conflictos, incluso por medio de nuestro proyecto de agua. Esta disputa retrasó el proyecto algunos años y puso en riesgo nuestra reputación y a nuestro personal. Aprendimos que en una zona en conflicto siempre debemos preguntar “¿De qué manera intentarán las personas utilizar nuestro proyecto para fortalecer su posición en medio del conflicto?”. Las personas utilizarán nuestro trabajo a pesar de nuestra intención y de maneras que no nos imaginamos. Comprender las dinámicas del conflicto es vital para evitar cometer este tipo de errores.