Los desastres –como inundaciones, ciclones, tsunamis y terremotos– generalmente provocan muertes y daños en la infraestructura y los bienes. También provocan lesiones y trauma. No obstante, no todas las personas resultan afectadas por los desastres de la misma manera, ya que depende del grado de vulnerabilidad que tengan.
La vulnerabilidad depende, a su vez, de numerosos factores, como el género, la edad, la salud, el nivel de pobreza y el nivel de apoyo gubernamental. Las personas con discapacidad suelen ser especialmente vulnerables cuando sobreviene un desastre.
Esto se debe a muchas razones:
- Algunas personas con discapacidad son excluidas de los debates de la comunidad sobre la planificación para casos de desastres debido a su bajo estatus social.
- Una persona con una deficiencia auditiva no oirá las alertas que se transmiten por radio o a través de altoparlantes.
- Las alertas visuales, los símbolos y las señales no le sirven a una persona con deficiencia visual.
- Para una persona con discapacidad intelectual podría ser particularmente estresante tratar de hacer frente a una situación de desastre sin la presencia de familiares.
- A las personas con discapacidad podría resultarles difícil trasladarse a lugares seguros para resguardarse, y es posible que no se las tenga en cuenta durante la distribución de ayuda de emergencia.
Los esfuerzos para reducir el riesgo y el impacto de los desastres deben dirigirse a toda la población, incluidas las personas con discapacidad.
Modelo de Gaibandha
El modelo de Gaibandha está basado en las experiencias de la organización CBM y sus socios en las comunidades afectadas por inundaciones de la zona bangladesí de Gaibandha. Conforme a este modelo, las personas con discapacidad desempeñan un rol destacado en la reducción del riesgo de desastres. Ellas son los agentes del cambio gracias a los esfuerzos que realizan con sus comunidades para asegurarse de que se consideren las necesidades de todas las personas y que nadie se quede atrás.
El modelo de Gaibandha propone cinco importantes pasos:
Paso 1: Establecer sólidos grupos de autoayuda bien establecidos
Existen numerosas ventajas de reunir a las personas con discapacidad en grupos de autoayuda. Entre esas ventajas, destacamos las siguientes:
- la oportunidad de establecer relaciones, hablar sobre sus preocupaciones y proporcionarse apoyo mutuo;
- una mayor confianza en sí mismas y el desarrollo de habilidades de liderazgo;
- las oportunidades de acceder a capacitación, por ejemplo, en cómo prepararse para los desastres y en derechos de las personas con discapacidad;
- voces colectivas para la incidencia: es más fácil exigir cambios como grupo que como individuo (ver Paso 2);
- una mayor comprensión de las necesidades, las capacidades y las habilidades de cada uno; y
- oportunidades de acceder a planes de ahorro y de crédito a pequeña escala para mejorar los medios de vida y los ingresos (ver Paso 5).
En la zona bangladesí de Gaibandha, los grupos de autoayuda participan en todas las actividades de reducción del riesgo de desastres, incluidos los simulacros y los sistemas de alerta temprana. Cuando sobreviene un desastre, estos grupos ayudan a identificar a las personas que necesitan ser rescatadas y cuidar a las personas en los refugios.
Como resultado, a las personas con discapacidad se las respeta cada vez más como miembros valiosos de la sociedad y muchas de ellas son ahora líderes de la comunidad. Al trabajar en conjunto para lograr un objetivo común y tener en cuenta las necesidades de una amplia gama de personas, se desarrollan mejores estrategias y planes, y se reducen el estigma y la discriminación.