A los 12 años, Chanelle es toda una jovencita. Es un poco tímida, muy inteligente y sabe lo que quiere ser cuando sea grande. «Quiero ser médica», dice con una gran sonrisa.
«Sí, lo será», afirma su madre, Diane. «Es una sobreviviente, y creo que Dios tiene grandes planes para ella».
Diane, su esposo y sus seis hijos viven en Matana, Burundi. Son agricultores, pero con los efectos del cambio climático y la falta de tierra, a menudo les resulta difícil producir alimentos suficientes para su familia. Como resultado, hace diez años, Chanelle estuvo a punto de morir.
«Estaba muy débil y no sabíamos qué tenía», explica Diane. «En el hospital, le diagnosticaron malnutrición grave».