por João Martinez da Cruz.
PRAIDS, una organización dedicada al cuidado de la gente con VIH/SIDA en São Paulo, Brasil, comprendió que su personal de dirección, trabajadores y voluntarios necesitaban ayuda para llevar a cabo sus trabajos adecuadamente y lograr todo lo que se esperaba de ellos. Por ejemplo, los trabajadores esperaban que el personal de dirección tratara eficaz y efectivamente cualquier problema que enfrentara la organización en su nombre.
Debido al gran número de necesidades de capacitación y los recursos limitados que tenía, PRAIDS decidió realizar el siguiente plan:
Plan de acción Se pidió ayuda a un voluntario con experiencia en el aspecto de facilitación y capacitación. Esta ayudó a definir claramente sus necesidades y prioridades y preparó un ‘Plan de acción’ para el año entero. Se identificaron necesidades de capacitación en los siguientes aspectos: habilidades de dirección, necesidades operacionales prácticas, relaciones y comportamiento además de habilidades clínicas.
Animar a la propiedad Se consultó a la totalidad de la fuerza de trabajo. La gente fue capaz de poner en claro sus expectativas y de verificar que las necesidades y prioridades identificadas eran correctas. La gente era dueña del Plan de acción propuesto ya que se sentían participantes de él desde el comienzo. A continuación, el Plan de acción fue evaluado y aprobado por la dirección.
Buscar habilidades entre los miembros Algunos de los miembros claves de la organización se reunieron para investigar cómo se pondría en práctica este Plan de acción. Llegaron a la conclusión de que algunas personas dentro de la organización ya tenían bastante conocimiento y habilidades para poder capacitar a otros. Por ejemplo, un miembro del personal había estado en un curso de dirección de una ONG y ofreció capacitar a otros en dirección financiera y recursos humanos. Otra persona se hizo responsable de verificar que cada persona estuviera llevando a cabo lo que había prometido hacer.
Usar sólo la capacitación local disponible Sólo después de examinar sus propios recursos, buscaron ayuda externa. Descubrieron que algunos hospitales de la ciudad habían sido capaces de capacitar a los trabajadores en algunas materias clínicas en relación con el VIH/SIDA sin costo. Esta capacitación aumentó la confianza de sus trabajadores. PRAIDS encontró después que también mejoró la calidad de los servicios que estaba proporcionando a sus pacientes.
Uso mejor de recursos
El costo global del programa de capacitación fue finalmente muy pequeño, ya que PRAIDS no sólo había usado especialización que ya existía dentro de su organización sino que también había tenido éxito en obtener ayuda voluntaria de profesionales. Con el dinero ahorrado al recibir capacitación sobre una base voluntaria, decidieron establecer un presupuesto anual para capacitación y facilitación para los años siguientes. A las agencias de apoyo de PRAIDS les gustó esta idea y empezaron a dar prioridad a esto (considerando que, después de todo, la capacitación llevaría a una eficacia mayor y un uso mejor de sus recursos). P
RAIDS evalúa ahora sus programas de capacitación cada tres meses para averiguar si la gente está entendiendo, usando, compartiendo y haciendo buen uso de la capacitación que reciben.
João Martinez da Cruz trabajó como Coordinador de proyectos en la oficina central de Tearfund durante seis años y tiene un interés especial en capacitación y facilitación.
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