Nutrición
Determinamos que su estado nutricional era un gran obstáculo para la recuperación física y psicosocial de Sukanta. La animamos a comer alimentos saludables y le hablamos sobre los beneficios de llevar una dieta equilibrada. La pusimos en contacto con el anganwadi local (el centro de cuidado infantil gubernamental) y coordinamos para que una organización socia le enviara comida. Sin embargo, Sukanta seguía estando débil y los conflictos familiares le quitaban el deseo de cocinar.
Entonces, le encargamos a un voluntario de salud mental de la comunidad que ayudara a preparar alimentos para la familia. Estos voluntarios son personas que ayudan a miembros vulnerables de la comunidad a socializar y sentirse más incluidos. El voluntario visitó a Sukanta con regularidad, le hizo compañía, le ofreció apoyo emocional y la motivó a que cuidara de sí misma.
Relaciones
Un factor importante era abordar la violencia que tanto Sukanta como su hijo estaban viviendo. Su marido estaba molesto por su diagnóstico de VIH y empezó a beber para afrontar la situación. El resentimiento que había entre los miembros de la familia les impedía cuidar de sí mismos y el uno del otro. Sukanta parecía insensible a la violencia y se rehusaba a iniciar acciones legales.
Como parte de nuestro compromiso ético de respetar su elección, decidimos adoptar una combinación de terapia en el hogar, arteterapia y actividades de autocuidado para que mejorara su autoestima y fortaleciera su capacidad de manifestarse contra la violencia. Juntos, cantamos canciones espirituales y tradicionales para fomentar los sentimientos de paz y la conexión con el mundo que la rodea.
Atención médica
Acompañamos a Sukanta a centros de tratamiento de la tuberculosis y el VIH. Sukanta fue internada varias veces para recibir atención médica especializada, y en cada una de estas oportunidades animamos encarecidamente a la familia de Sukanta a que ayudara. Finalmente, comenzaron a ir con ella al hospital.
A través de este contacto regular, los miembros de la familia pudieron desarrollar habilidades de cuidado, lo que les recordó que tienen la responsabilidad de cuidar de Sukanta. También ayudó el hecho de que los vecinos presionaran a la familia de Sukanta para que se ocuparan de ella debidamente, lo que, además, creó un vínculo social más fuerte.
Últimos años
Con su mejoría, Sukanta empezó a cuidar de sí misma y de su hijo. Tras la muerte de su marido, la ayudamos a obtener una pensión del Gobierno y a independizarse económicamente. Para ese entonces, sus suegros la estaban ayudando y el hijo con el que estaba distanciada había regresado. El voluntario que la había estado apoyando siguió haciéndolo en calidad de amigo.
De esta forma, el círculo de cuidado de Sukanta cambió, se amplió y se volvió más protector. A medida que su sistema de apoyo fue creciendo, nosotros empezamos a reducir nuestra ayuda. Sukanta falleció en junio de 2020, tras varios años de llevar una vida más plena.